De Diana Suasnavas Barrera, Técnica Educativa en Fundación Museos de la Ciudad

Aceras accesibles e incluyentes significan un giro de 360° en la movilidad de nosotres las personas con discapacidad. Nada como disfrutar de la autonomía e independencia al desplazarnos - caminar ágilmente y de forma segura. Además, bordear, saltar, obstáculos y vencer barreras arquitectónicas implica tiempos importantes, esto, sin dejar de lado el desgaste emocional que representa cada dificultad que identificamos en el camino. Podemos tener estrés, conflictuarnos, agotarnos, pero, jamás dejar de movilizarnos.

Este proyecto de inteligencia artificial es un gran acierto en el ejercicio de derechos de las personas con discapacidad porque nos permitirá elegir rutas, recorridos a partir de nuestras necesidades de desplazamiento y autonomía. Así las distancias y recorridos serán una elección personal y no una imposición desde la visión - perspectiva de alguien, de entidades, instituciones que no habitan la discapacidad.

Cabe mencionar que cada ser humano camina, se orienta, establece sus referencias al movilizarse. Pero, si la persona vive la discapacidad, el desplazamiento en una ciudad, en el barrio, en un pueblo, determina que las maneras sean infinitamente diversas. En tanto nuestros caminares son únicos y auténticos porque solo nosotros conocemos como nos adaptamos a cada espacio, a cada dificultad, a cada obstáculo y porque no, a veces también decidimos no adaptarnos a estas situaciones que nos ofrecen los entornos y que pueden llegar a ser complicadas e incluso difíciles de franquearlas.

Entornos que difieren de un barrio a otro en una misma ciudad y como no hablar de esas diferencias abismales que se experimenta en materia de movilidad entre países.

Así, resalto el proyecto desarrollado por G3ict y el proyecto OpenSidewalks de la Universidad de Washington porque ha logrado un trabajo en igualdad de condiciones, donde nuestra participación como personas con discapacidad ha sido fundamental, respetando claramente nuestras posturas como usuaries de los espacios públicos de circulación peatonal y del transporte público. El lema “Nada de nosotres sin nosotres” está plenamente contemplado en el desarrollo y ejecución de cada etapa del proyecto. Así se evidencia el involucramiento de instancias gubernamentales, privadas, organizaciones sociales y personas de la sociedad civil que vivimos la discapacidad, nuestras familias, amigos, amigas y en sí personas sensibles con las necesidades de los otros y las otras.

Nuestro trabajo se ha enfocado en la evaluación de cada detalle que nos encontramos en los distintos lugares de la ciudad como: señales, circulación, obstáculos ubicados en aceras, árboles, tapas de alcantarillas, vados (rompe canillas), entre otros. Un detalle que me ha parecido curioso en mi ciudad, son unas cajas que contienen un teléfono asegurado con candado y atados a un poste al aire libre sobre las aceras. Allí reciben llamadas las cooperativas de taxis y camionetas para servicio de movilización. La verdad no conocía estos teléfonos y me cuentan que son muy pocos los que se pueden ubicar alrededor de la ciudad. Lo que sé, es que quiero una fotografía con estos aparatos, de seguro será una experiencia inolvidable, de aquellas que no se viven todos los días.

¡Qué la diversidad siempre sea una oportunidad para todes!